Por. Karol Bolaños
Una semana, dos y quizá tres se necesitan para transformar la colera, el odio y la tristeza que ocasiona una puñalada social, en una obra magistral. Sea un poema, discurso, opinión, crónica, canción, dibujo, escultura, video o artefacto contendrá el sentimiento más profundo causado por ese episodio.
Es cierto que cuando todo parece carente de luz se pierde la noción de que algo maravilloso puede suceder, es como un cumulo de espanto y desolación. Es como tener la aparente sensación de haber aprovechado siempre la posibilidad de ver y observar con atención; y sin esperarlo, dejar de hacerlo. Al cabo de un tiempo, se termina por aprender que se puede escuchar, oler, hablar, palpar y percibir el espacio. La luz y las imágenes no vuelven, pero las vibraciones se transforman en guías y caminos que conducen a nuevos imaginarios.
Llevo un año viviendo en este país, si…
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