Carolina Sanín dice que para escribir sólo se necesita querer escribir y escribir.
Sin embargo, pensando en mis trabas para escribir -las cuales mayormente han venido de mí y de esa misteriosa pero inquinosa y persistente costumbre que tenemos los colombianos, tal vez los latinos (que quizás es un problema psicológico parecido a la esquizofrenia), de pensar que todo lo bueno es malo (y por ende, que todo lo malo es bueno, llámese Uribe, o lo que sea).
Yo le llamo mala leche.
Mis ganas de escribir siempre han sido saboteadas por hombres.
Hombres que, mientras entonaban poesías invitándonos a todos a escribir, cuando yo se las rendía como un plato, no les prestaban el más mínimo interés -o tal vez se referían a escribir, escribir por escribir, por sentir, poco importaba la poesía, es decir el fruto en sí de la escritura. No quiero creer que su indecisión al…
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